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sábado, 25 de junio de 2011

Los jóvenes deberían tener menos hipotecas y más alquileres y planes de pensiones

Un artículo publicado en Idealista.com. Autor: José Parra Moreno, Director de Grupo Main

Para los españoles, tener una vivienda en propiedad no ha sido solamente una forma de habitar sino también una forma de ahorrar: tradicionalmente hemos ahorrado en ladrillos. cuando los jóvenes de otros países occidentales entran en el mundo laboral, su primera preocupación es suscribir un plan de pensiones con una compañía privada. sin embargo para los jóvenes españoles su prioridad es buscar un piso (con su correspondiente hipoteca) como forma no solo de vivir, sino de “no tirar el dinero”, es decir, de ahorrar
en nuestra manera de ver la jubilación también nos diferenciamos de europeos y norteamericanos. éstos confían menos en las pensiones del estado y prefieren ahorrar dinero “para los días de lluvia” invirtiendo en fondos de pensiones. los norteamericanos son el máximo exponente de esta mentalidad ya que, al no existir la jubilación pagada por el estado, desde muy jóvenes ahorran para jubilarse cuanto antes y en buenas condiciones económicas pero ahora, en españa, vivir de la jubilación empieza a complicarse (más tiempo cotizado, pensiones menores, bajadas de salariaos...). por ello, los más escépticos, o los más avisados, empiezan a preguntarse si en realidad llegarán a cobrar una pensión algún día, cuándo será ese día y cuánto cobrarán.
Los divorcios, otra amenaza. Los españoles hasta ahora -y en general- no se han planteado suscribir un fondo de pensiones porque están pagando la hipoteca del piso y no les llega para más ahorro. el piso es el ahorro familiar, y luego, si se puede, el apartamento en la playa o la casa en el campo. pero es que además, al cambio de las pensiones viene a sumarse un cambio social no menos drástico: los divorcios y separaciones. y es que cada vez la gente se casa menos y se divorcia/separa más si bien es cierto que el numero de uniones ha disminuido por motivos económicos (“si estás en paro no puedes casarte, pero tampoco separarte"), también lo es que la crisis fuerza a que matrimonios rotos se vean obligados a convivir, dando lugar a situaciones tremendamente dolorosas que solo las conocen quienes las padecen la mayoría de los españoles antes de casarse o irse a vivir en pareja quieren tener un piso “propio” (aunque en realidad pertenezca en un 80% al banco) y hasta ahora han estado muy tranquilos confiando en que a los 65 años, dejarán de trabajar y el estado les pagará una pensión de jubilación suficiente para vivir en su piso pagado pero el futuro ya no es como solía ser y el escenario es ahora muy distinto. ante un divorcio o separación, algo de por si muy complicado en todos los sentidos, viene a añadirse un escollo más y es el piso común y sobre todo la hipoteca compartida. la famosa sentencia del tribunal supremo, que obliga a ambos cónyuges a pagar las cuotas de la hipoteca (vivan o no en el piso y no en función del sueldo de cada uno), es un asunto tremendamente espinoso. todos conocemos casos de varones que tienen que pagar la hipoteca pese a no vivir en la casa y de amas de casa que carecen de ingresos que tendrían complicado pagar el préstamo para este asunto es irrelevante si la unión es de una pareja de hecho o un matrimonio, ya que a efectos de pago de la hipoteca compartida y de la custodia de hijos el tratamiento legal es similar. no es difícil comprender a una persona joven a la que inquiete la inseguridad en su edad de jubilación, ni de la cuantía de su pensión sumada a la inquietud que produce pensar en que si su futuro matrimonio termina en divorcio, como tantos otros, tener una hipoteca por medio.


Alternativa: alquiler compartido y plan de pensiones. Ante ese escenario, una solución más que aceptable es la de pagar un alquiler a medias e invertir en un plan de pensiones el dinero que se ahorra en la cuota de la hipoteca. así las personas jóvenes se aseguran, por un lado una jubilación o un apoyo a la misma, y por otro se protegen de un posible divorcio que les sitúe en una situación económica muy difícil, si no imposible de remontar sin duda, estos razonamientos entrarán en conflicto con la mentalidad española de la compra de la casa donde vives y del alquiler como pérdida de dinero, pero quién piense así quizá no se ha dado cuenta que tomar dinero prestado, en el fondo, es alquilar dinero
el alquiler plantea también ventajas de movilidad laboral (¿cómo vas cambiar de trabajo a otra ciudad o a otro país si estás pagando una hipoteca?), así como de cambio de vivienda a medida que las necesidades de espacio familiares cambian con la llegada de hijos o cuando éstos se emancipan lo mismo ocurre con el cambio de residencia a la hora de jubilarse. existen ciudades más preparadas para el trabajo y la actividad económica y otras mucho más agradables para retirarse y vivir de la pensión. no sólo estamos hablando del clima, sino también de que son más baratas. esa migración interna es posible con alquiler y mucho más difícil para las personas que tienen su vivienda en propiedad por todo ello, es imprescindible que desde la administración exista una legislación que salvaguarde los derechos de los arrendatarios -asegurando unas condiciones de permanencia y seguridad-  y de los arrendadores -ofreciéndoles garantías de cobro y de desahucio de morosos con agilidad- opinamos que sería muy positivo para nuestro país que el número de viviendas en compra se equilibrarse con el de viviendas en alquiler en porcentajes similares a otros países de nuestro entorno (del orden de 40% compra y 60% alquiler) porque facilitaría la salida al mercado del stock inmobiliario y lo adecuaría a los nuevos tiempos a la vez que agilizaría la salida de la crisis. sin duda es necesario para solucionar el gravísimo problema del paro