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miércoles, 11 de enero de 2012

¿Son rentables los planes de pensiones?

Responder a esta pregunta es imposible lo mismo que responder a la pregunta de si los alimentos son dulces o si los animales mansos. Depende de qué alimentos y depende de qué animales. Pues, de igual modo, depende de qué planes de pensiones. A pesar de lo absurdo de la pregunta, la mayor parte de las personas, incluso expertos, responderán sin dudarlo: no son rentables y menos ahora que no tienen el trato fiscal de antes.

Los planes de pensiones son tan rentables como los activos en que estén invertidos. Si se invierten en títulos de mercado monetario que tengan una rentabilidad inferior al 2% y la entidad gestora carga un 2% de comisión, parece poco probable que den rentabilidad alguna, pero si se invierte en renta variable y obtiene una rentabilidad del 10%, con la misma comisión, el plan será bastante rentable.

¿Por qué todo el mundo piensa que los planes de pensiones no son rentables? Voy a tratar de dar una explicación:
  1. Las entidades financieras se han empeñado en vender primordialmente planes de pensiones en renta fija, extremadamente conservadores.
  2. Por ello los planes se ha venido vendiendo casi exclusivamente por su ventaja fiscal de deducción en las aportaciones independientemente de la rentabilidad que ofrecieran. A eso se debe la mala costumbre adquirida de vender los planes de pensiones fundamentalmente en diciembre.
  3. Los planes de pensiones se han vendido muchísimo como parte de una compensación que el cliente ofrecía a la entidad financiera a cambio de obtener su hipoteca. Esta venta forzada, muchas veces solo anunciada en la notaría en el mismo momento de la firma de la hipoteca, casi como un último chantaje, ha hecho que los clientes le tengan poco aprecio al producto y los bancos hayan preferido colocar los productos más conservadores.
  4. La regulación  MIFID en mi opinión, se ha enfocado a asegurarse de que ningún cliente compre un producto más agresivo de lo que está dispuesto a soportar pero ha ignorado totalmente el peligro contrario de que los clientes acaben comprando productos tan conservadores para su jubilación que no cumplen los objetivos de ese mismo cliente. Todas las entidades, forzadas por MIFID han desarrollado cuestionarios de perfil de cliente que tratan de asegurarse de que sólo los clientes muy sofisticados puedan comprar fondos o planes de renta variable. Se ha ignorado completamente el hecho de que la actitud del cliente no es solo una sino que puede y debe variar en función del objetivo al que dedique cada parte de su dinero. No es lo mismo ahorrar para un fondo de emergencia que para comprarse un coche o para construir un patrimonio de independencia financiera para la jubilación.
  5. Por último, las modificaciones que introdujo el anterior gobierno en la fiscalidad de los planes de pensiones, eliminando parte de las ventajas que tenía, han cimentado la idea de que da igual deducirse ahora en la contribución si se va a pagar cuando se disfrute el beneficio.
Nosotros defendemos que toda la población debería tener la educación financiera suficiente para entender que cuando se trata de invertir a muy largo plazo, especialmente si se hace con inversiones periódicas regulares, no hay mejor inversión que la renta variable, cuanto más global, diversificada y orientada al valor, mejor.

Nos parece que un plan de pensiones en renta fija o en mercado monetario es casi una contradicción en los términos salvo que se usen en la parte de la vida laboral más cercana a la jubilación como estrategia de salida para evitar convulsiones de última hora.

Cuando un plan de pensiones está invertido en renta variable y puede por tanto producir rentabilidades medias anuales elevadas (superiores al 10% probablemente), siguen siendo fiscalmente interesante si se tiene en cuenta que, gracias a la devolución de hacienda en el IRPF de, por ejemplo, un 30%, puede uno obtener esa rentabilidad sobre un capital de 100 habiendo invertido solo 70. Los rendimientos obtenidos al final, incluso aunque nos volvieran a quitar ese 30% (poco probable), no nos quitaría la rentabilidad adicional que ese 30% nos haya producido durante todos esos años.

Hay rumores de que el nuevo gobierno tiene la intención de devolverle a los planes de pensiones algunas de las ventajas que perdieron. Ojalà. Pero aunque no lo hicieran, volvamos la vista a este excelente producto y seleccionemos cuidadosamente un plan que esté invertido al 100% en acciones (si tenemos más de 15 años por delante), sin complejos, sin derivados para eliminar la volatilidad, simplemente invirtiendo en compañías de valor a largo plazo.

Si lo hacemos y no dejamos de contribuir mensualmente la misma cantidad hasta nuestra jubilación, disfrutaremos de esa jubilación dorada que envidiamos a los turistas americanos. La ciencia nos ofrece un período de 30 o más años de jubilación. ¿Estamos seguros de conformarnos con lo que la Seguridad Social pueda ofrecernos? ¿No será mejor dedicar 50€ o 100€ mensuales durante nuestra vida laboral y encontrarnos al final con varios cientos de miles de euros para complementar nuestra pensión?

Reflexionemos y tomemos decisiones.

Javier García Monedero. 
Publicado en diarioabierto.es