Todos los artículos de esta serie están destinados a compartir
información sobre cómo actuar, asumir la propia responsabilidad por la
situación y el futuro financiero de uno mismo y de su familia. Son
conocimientos importantes porque sin ellos nos confiamos a lo que los
bancos y otras partes interesadas dispongan para nosotros.
Pero toda esta planificación y estos conocimientos son inútiles si no
nos llevan a actuar. A actuar activamente si se me permite la
redundancia. No sé quien dijo que la mejor definición de la locura es
esperar resultados distintos de acciones iguales. Si queremos que
nuestro destino cambie tenemos que cambiar nuestras acciones porque
nuestro presente es el resultado directo de lo que hemos hecho hasta
ahora.
¿Por que nos cuesta tanto? La crisis empezó en el 2008, tal vez
antes, pero estamos a 2012 y parece que todo el mundo esté esperando a
que nos resuelvan los problemas. O a que los resuelva Europa. O a que se
aclare el panorama...
Dicen que alguien le preguntó a la Madre Teresa de Calcuta qué podía
hacer para arreglar el mundo. Parece que le respondió: arregla primero
tu casa, tu familia, tu pueblo y estarás ayudando a arreglar el mundo.
La crisis se arreglará cuando cada uno de nosotros decida arreglarla.
Nada se consigue con salir a la calle a protestar para sentirnos todos
!!!tan bien¡¡¡ con lo que compartimos, la conciencia social que
tenemos, lo bien que expresamos nuestro disgusto, !abajo banqueros,
políticos y mercados¡, !que venga “alguien” y arregle esto¡
Yo propongo que diseñes ese mundo tal como te gustaría y te preguntes
qué harías tú en ese mundo perfecto para ayudar a sostenerlo: seguro
que se te ocurren ideas de cómo trabajar bien, crear riqueza, ser
responsable, contribuir a la comunidad....
La solución consiste en que empieces ya a actuar y que sirvas de
ejemplo para otros mientras arreglas de paso tus propios problemas.
Empieza a trabajar ya, no esperes a que nadie te dé un trabajo. Reduce
tus gastos y ahorra lo que puedas. No esperes a tener dinero. Prohíbete
cualquier ocio pagado si no cumples antes con tu plan financiero.
Haz tu plan y tenlo escrito delante de ti (pegado en la pared o en el
espejo). Revisa ese plan cada día y busca formas de implementarlo.
En esta escuela te hemos dado pistas para buscar trabajo, para
ahorrar gastos, para invertir tu dinero, para proteger tus ingresos,
para negociar mejor con los bancos.... Usa todas esas recomendaciones y
da pasos concretos para avanzar en el logro de tus objetivos.
Me escandaliza ver tantos ciudadanos pasivamente adormilados
esperando a que no les reduzcan el sueldo, a que no les suban el copago,
a que no les echen, a que no les suban los impuestos....
Despertemos. Hay naciones que se han ganado su estado del bienestar
siendo competitivos. Hay otras naciones que simplemente no lo tienen y
aspiran a tenerlo y para ello trabajan, se esfuerzan, emigran,
multiplican sus empleos, se buscan la vida...
Durante muchos años los españoles hemos vivido en el engaño
permanente del crédito y de la ayuda exterior. El sueño se ha acabado.
Los demás ciudadanos del mundo también quieren vivir ese sueño y no hay
más remedio que ponerse a trabajar, ponerse serios, cumplir las
obligaciones, respetar la ley, construir, no destruir.
Tenemos recursos humanos y materiales ingentes como país. Solo
necesitamos olvidarnos de los privilegios y ponernos a trabajar. Cada
uno, individualmente.
¿Tienes ya tu plan de pensiones? Y ¿a qué estás esperando?
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viernes, 15 de junio de 2012
sábado, 9 de junio de 2012
Ideas para negociar mejor con tu banco
Hay una paradoja que no he conseguido entender en mis cerca de 30
años de banca: todo el mundo habla mal de los bancos pero todos siguen
sus recomendaciones y acepta sin rechistar las decisiones. Esta escuela
de economía familiar pretende sobre todo ayudarte a tomar las decisiones
adecuadas sobre los productos financieros y a evitar esa excesiva
dependencia de sus consejos.
En primer lugar aclaremos algunas ideas:
- Deja de criticar a los bancos porque ganen mucho dinero. Si estás convencido de eso, compra acciones de bancos y benefíciate de ello.
- Entiende el negocio bancario: consiste en tomar prestado dinero de ti o de otros al tipo de interés más bajo posible y prestártelo a ti mismo o a otros al tipo de interés más alto posible con el menor riesgo posible. No te enfades por que lo hagan. Simplemente entiéndelo y usa ese entendimiento para negociar mejor con ellos.
- Los bancos cotizan en general en bolsa y por eso tienden a pensar en el corto plazo. Para un banco, largo plazo son 5 años mientras que para ti como inversor, largo plazo debe ser a partir de 15 años.
- El sector bancario es un sector muy regulado y están permanentemente amenazados por múltiples inspecciones que les fuerzan a cubrirse de burocracia para protegerse de los órganos reguladores y de clientes malintencionados.
- Las autoridades supervisoras vigilan intensamente a los bancos (aunque frecuentemente se les escape lo más importante) pero dejan que el mercado esté lleno de competidores fraudulentos a los que no supervisan en absoluto.
- Los empleados bancarios con los que tratas habitualmente (a no ser que seas un cliente muy importante) están formados a venderte los productos que le interesan a la entidad financiera, no los que te interesan a ti. La dirección del banco te ve como un proveedor de dinero barato o como un consumidor de dinero caro más que como un cliente al que cuidar.
- Debido a esto, el banco tratará de venderte un producto de una de estas dos maneras:
- Un producto totalmente inútil pero incentivado con regalos y sorteos
- Un producto útil y ajustado en precio pero condicionado a que compres otros que no necesariamente necesitas.
Teniendo esto en mente, voy a darte algunas reglas generales para
negociar y algunos ejemplos de productos buenos y otros malos a revisar
con cuidado.
1.- Negocia cada producto por si solo. Si te ofrecen tipos de interés
preferentes por contratar otros, calcula cuánto exactamente te ahorras
con esa rebaja de interés y vigila que no te están cobrando más con los
productos asociados. Esto es muy típico en las hipotecas: si te ofrecen
por ejemplo un 0,15% menos de interés en una hipoteca de 150.000€ eso te
supondrá un ahorro anual de 225€. No vayas a pagar 600€ de prima anual
por un seguro de vida que no te conviene por no ser del tipo adecuado.
2.- Sospecha de cualquier regalo o sorteo que te ofrezcan: por
principio, el banco ya ha incluido ese coste en el producto. Si te
parece un regalo desproporcionadamente bueno, puedes estar seguro de que
las condiciones de ese producto solo serán válidas por un corto periodo
de tiempo y estarán condicionadas después a la contratación de
productos adicionales hasta que tu rentabilidad por cliente sea la
adecuada.
3.- Vigila los tipos de interés especialmente altos por tu dinero:
Una de dos, o esconden un riesgo serio de quiebra de esa entidad (o de
devaluación de esa moneda) o sólo van a respetarte ese tipo de interés
durante un corto plazo. Si te ofrecen un 5% por un depósito mensual de
20.000€ por ejemplo, haz el cálculo y date cuenta de que lo que te
ofrecen es pagarte unos 30€ más durante un mes y después te quitarán esa
oferta a no ser que hayas contratado otros productos en los que ganen
dinero. ¿De verdad te merece la pena todo el papeleo y desplazamientos y
tiempo por esos 30€?
4.- Aunque aceptes en la negociación contratar otros productos,
probablemente no estás obligado a mantenerlos si no te interesan. Un
caso muy interesante es cuando te venden un seguro de vida con tu
hipoteca y te cobran por adelantado varios años del seguro financiándote
el importe con tu propia hipoteca. Tienes que saber que puedes
perfectamente contratar otro seguro de vida, poner al banco como
beneficiario y cancelar el que te han vendido ellos reclamándoles que te
devuelvan toda la prima no consumida.
5.- Por regla general huye de los productos que no entiendas. Como
dice Leopoldo Abadía, una buena regla sería: Deja que te lo expliquen,
explícaselo tu a tu pareja, que él/ella se lo explique a un vecino, que
el vecino se lo explique al conserje y que luego el conserje te lo
explique de nuevo a ti. Si sigues entendiéndolo puedes invertir sin
mucho recelo. Ejemplos de productos complicados son: los estructurados,
los bonos convertibles, los seguros de tipo de interés, los planes de
jubilación, la mayor parte de los unit-linked....
6.- No tengas miedo a pagar lo razonable por un servicio. Las cuentas
corrientes y las hipotecas se encuentran entre los mejores servicios
que un banco puede darte y sus precios son bastante adecuados si no te
fuerzan a comprar otros productos. Vigila las comisiones y los tipos de
interés. Los depósitos a plazo para el dinero que vayas a necesitar a
corto plazo, y los fondos de inversión para plazos medios y largos.
Los
planes de pensiones, especialmente los de renta variable, para plazos
superiores a 15 años son difíciles de superar.
Un banco es un negocio como otro cualquiera. Si entiendes el precio y
entiendes lo que te dan por ese precio, y lo aceptas, no hay
transacción injusta.
lunes, 13 de febrero de 2012
Mejorar la Calidad de Vida
En las distintas entregas de esta Escuela de Economía Familiar vengo
ocupándome de lo más importante: de cómo aprovechar los productos
financieros existentes para diseñar un plan que permita a cualquier
familia proponerse objetivos ambiciosos de Independencia Financiera y
eliminar o mitigar los miedos que tanto condicionan la calidad de vida.
Pero todas estas herramientas chocan frecuentemente, y más en estos
tiempos de crisis, con la desorganización de la ecuación Ingresos=Gastos
que se produce en casi todos los casos. Desgraciadamente, el sistema
financiero y social tiende a empujar a las familias a una espiral
maligna de deudas, gastos corrientes, estrechando cada vez mas el margen
de acción.
Para salir de esta situación es importante todo lo que hemos
explicado hasta ahora porque solo entendiendo los mecanismos
disponibles, vislumbraremos la esperanza futura y tomaremos las
decisiones presentes necesarias.
Pero hay que hacer algo más.
1.- Si nuestros gastos son mayores que nuestros ingresos tenemos que
aplicar una drástica reducción de gastos combinada con un
aprovechamiento de todas las oportunidades disponibles para incrementar
nuestros ingresos con empleos adicionales o con actividades comerciales a
tiempo parcial. Para reducir nuestros gastos hay interesante
bibliografía que se puede consultar. Especialmente útil me parece el
libro de Vicens Castellano Ajuste de Cuentas (VV.AA., AGUILAR, 2008 ISBN 9788403099777).
2.- Si tenemos la cuenta Ingresos/Gastos bien equilibrada o incluso
con un pequeño superávit, debemos poner en marcha las recomendaciones de
esta escuela de economía familiar.
- Estimar el objetivo de Independencia Financiera: Calcular cuanto
dinero necesitaremos el día que nos jubilemos para financiar el
mantenimiento de nuestra calidad de vida sin que se acabe ese dinero.
Hay que tener en cuenta que, con toda probabilidad, la pensión que
disfrutemos entonces no será mayor que el 50% de nuestros ingresos un
día antes de jubilarnos.
- Calcular como debemos invertir los ahorros que tenemos acumulados
para este fin y cuánto tendremos que aportar mensualmente a ese plan de
inversión para alcanzar ese objetivo.
- Para eliminar los riesgos hasta que hayamos acumulado suficiente
patrimonio, calcular cuanta cobertura en seguro de vida e invalidez
necesitamos y por cuanto tiempo.
- Posiblemente considerar cubrir otros riesgos adicionales como el riesgo de Dependencia y el riesgo de litigación.
- Una vez decidido eso, en función también de la disponibilidad
económica, poner en marcha nuestro plan, asegurando que ponemos la
contribución a esos capítulos antes que cualquier otro recibo o pago
domiciliado. Esto es de vital importancia por una sencilla razón: cuando
retrasamos el pago a alguien, ese alguien se preocupa diligentemente de
recordarnos que le paguemos por lo que no hay riesgo de que se nos
olvide. Sin embargo, los recibos de nuestro propio plan financiero
pueden sufrir si los dejamos para los días del mes en que nuestra cuenta
corriente esté vacía. Asegúrate de pagarte a ti mismo en primer lugar.
Haciendo esto te acercarás cada día más al estado final que todos
deberíamos alcanzar: El día en que no dependamos de los ingresos de
nuestro trabajo sino de la rentabilidad del capital acumulado. Sólo
entonces habremos alcanzado la calidad de vida que deseamos.
Implementar un plan financiero aporta beneficios mucho más allá del
mero disfrute de los bienes y servicios que podemos disfrutar con esos
recursos. Es un puñado de pequeñas decisiones que nos ponen en el
camino. Decisiones de pequeño impacto económico (normalmente pocas
decenas de euros mensuales, lo que hoy gastamos en gastos superfluos
probablemente), pero de un extraordinario impacto sobre nuestras vidas y
las de los seres queridos que nos rodean. Tenemos que reflexionar y
darnos cuenta de que los miedos económicos están en la raíz de la mayor
parte de los problemas de las personas.
El miedo al futuro y al presente está en el origen seguramente de los
divorcios, de las peleas familiares por herencias, de los conflictos
con los vecinos, de la aversión a asumir riesgos en nuestra vida
laboral, profesional o empresarial con la consiguiente pérdida de
oportunidades que eso conlleva. El miedo económico está presente
probablemente también en los factores que originan el estrés y por tanto
en la génesis de innumerables enfermedades psíquicas y psicosomáticas
que pueden desarrollar patologías muy diversas.
El miedo económico afecta a nuestras elecciones políticas, a nivel
comunitario, municipal, estatal y mundial y los miedos colectivos
influyen en la falta de movilidad, en la conflictividad social, en las
políticas de los países e incluso en los movimientos estratégicos
incluidos los conflictos bélicos y las revoluciones. La falta de
esperanza arroja a millones de seres a la emigración, el desarraigo y a
veces a la pobreza extrema....
¿Que mejor tarea que la de enseñar a entender mejor sus
oportunidades, tomar mejor sus decisiones, tomar el control de su propio
futuro sin delegar esa responsabilidad en el estado y mejorar con ello
de manera perceptible todo lo dicho anteriormente?
Javier García Monedero.
miércoles, 11 de enero de 2012
¿Son rentables los planes de pensiones?
Responder a esta pregunta es imposible lo mismo que responder a la
pregunta de si los alimentos son dulces o si los animales mansos.
Depende de qué alimentos y depende de qué animales. Pues, de igual modo,
depende de qué planes de pensiones. A pesar de lo absurdo de la
pregunta, la mayor parte de las personas, incluso expertos, responderán
sin dudarlo: no son rentables y menos ahora que no tienen el trato
fiscal de antes.
Los planes de pensiones son tan rentables como los activos en que
estén invertidos. Si se invierten en títulos de mercado monetario que
tengan una rentabilidad inferior al 2% y la entidad gestora carga un 2%
de comisión, parece poco probable que den rentabilidad alguna, pero si
se invierte en renta variable y obtiene una rentabilidad del 10%, con la
misma comisión, el plan será bastante rentable.
¿Por qué todo el mundo piensa que los planes de pensiones no son rentables? Voy a tratar de dar una explicación:
- Las entidades financieras se han empeñado en vender primordialmente planes de pensiones en renta fija, extremadamente conservadores.
- Por ello los planes se ha venido vendiendo casi exclusivamente por su ventaja fiscal de deducción en las aportaciones independientemente de la rentabilidad que ofrecieran. A eso se debe la mala costumbre adquirida de vender los planes de pensiones fundamentalmente en diciembre.
- Los planes de pensiones se han vendido muchísimo como parte de una compensación que el cliente ofrecía a la entidad financiera a cambio de obtener su hipoteca. Esta venta forzada, muchas veces solo anunciada en la notaría en el mismo momento de la firma de la hipoteca, casi como un último chantaje, ha hecho que los clientes le tengan poco aprecio al producto y los bancos hayan preferido colocar los productos más conservadores.
- La regulación MIFID en mi opinión, se ha enfocado a asegurarse de que ningún cliente compre un producto más agresivo de lo que está dispuesto a soportar pero ha ignorado totalmente el peligro contrario de que los clientes acaben comprando productos tan conservadores para su jubilación que no cumplen los objetivos de ese mismo cliente. Todas las entidades, forzadas por MIFID han desarrollado cuestionarios de perfil de cliente que tratan de asegurarse de que sólo los clientes muy sofisticados puedan comprar fondos o planes de renta variable. Se ha ignorado completamente el hecho de que la actitud del cliente no es solo una sino que puede y debe variar en función del objetivo al que dedique cada parte de su dinero. No es lo mismo ahorrar para un fondo de emergencia que para comprarse un coche o para construir un patrimonio de independencia financiera para la jubilación.
- Por último, las modificaciones que introdujo el anterior gobierno en la fiscalidad de los planes de pensiones, eliminando parte de las ventajas que tenía, han cimentado la idea de que da igual deducirse ahora en la contribución si se va a pagar cuando se disfrute el beneficio.
Nosotros defendemos que toda la población debería tener la educación financiera suficiente para entender que cuando se trata de invertir a
muy largo plazo, especialmente si se hace con inversiones periódicas
regulares, no hay mejor inversión que la renta variable, cuanto más
global, diversificada y orientada al valor, mejor.
Nos parece que un plan de pensiones en renta fija o en mercado
monetario es casi una contradicción en los términos salvo que se usen en
la parte de la vida laboral más cercana a la jubilación como estrategia
de salida para evitar convulsiones de última hora.
Cuando un plan de pensiones está invertido en renta variable y puede
por tanto producir rentabilidades medias anuales elevadas (superiores al
10% probablemente), siguen siendo fiscalmente interesante si se tiene
en cuenta que, gracias a la devolución de hacienda en el IRPF de, por
ejemplo, un 30%, puede uno obtener esa rentabilidad sobre un capital de
100 habiendo invertido solo 70. Los rendimientos obtenidos al final,
incluso aunque nos volvieran a quitar ese 30% (poco probable), no nos
quitaría la rentabilidad adicional que ese 30% nos haya producido
durante todos esos años.
Hay rumores de que el nuevo gobierno tiene la intención de devolverle
a los planes de pensiones algunas de las ventajas que perdieron. Ojalà.
Pero aunque no lo hicieran, volvamos la vista a este excelente producto
y seleccionemos cuidadosamente un plan que esté invertido al 100% en
acciones (si tenemos más de 15 años por delante), sin complejos, sin
derivados para eliminar la volatilidad, simplemente invirtiendo en
compañías de valor a largo plazo.
Si lo hacemos y no dejamos de contribuir mensualmente la misma
cantidad hasta nuestra jubilación, disfrutaremos de esa jubilación
dorada que envidiamos a los turistas americanos. La ciencia nos ofrece
un período de 30 o más años de jubilación. ¿Estamos seguros de
conformarnos con lo que la Seguridad Social pueda ofrecernos? ¿No será
mejor dedicar 50€ o 100€ mensuales durante nuestra vida laboral y
encontrarnos al final con varios cientos de miles de euros para
complementar nuestra pensión?
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